Javier Cortines
Corazón de Dragón. El país de la calma matutina es una absorbente novela que se desarrolla a finales del siglo XVI, en un periodo complejo de la Dinastía Choseon. Por una parte, la península de Corea, regida por el rey Sonjo, conoce el desarrollo de una clase gobernante -aristócratas y terratenientes-, poseedores de una alta educación destinados a cubrir los más altos puestos de la burocracia y del ejército, los yangban. Se estimula el comercio y el desarrollo de los oficios, confucionistas y taoístas conviven con el shamanismo, sobresalen las artes de la poesía y de la caligrafía. Por otro lado, una gran parte de la población vivía marginada y alimentaba el bandolerismo y la violencia. Sin embargo, la mayor amenaza del reinado venía de fuera: el permanente acoso de Japón, en su ánimo de usar Corea como puente para conquistar China, y la subsiguiente necesidad de China de utilizar Corea como escudo para evitar la invasión al Imperio Ming. El argumento de Corazón de Dragón avanza desde una aldea donde unos jóvenes se preparan ansiosos por escalar con buenas artes en la sociedad: una suerte de tres mosqueteros al servicio de un rey justo. Ellos encarnan «el alma del pueblo» y dotan a la narración de una pulsión magnética, vibrante, entretenida. La fantasía, pues, engarza con la historia, manteniendo el máximo respeto a la mentalidad, cultura y tradiciones de la época.Pio E. Serrano