Bucur Loredan
No sé exactamente cuándo empecé a perderme.Quizás una noche tranquila,mientras lavaba platos y escuchaba las noticias de fondo.O quizás la mañana en que me miré al espejo y me di cuenta de que solo sonreía por costumbre.Quizás fue antes.Quizás me perdí desde la infancia,cuando aprendí que tenía que ser buena,mantener las rodillas juntas y la mirada baja.Era esposa.Una mujer decente.Una madre.Una ama de casa.Siempre con cuidado de no ser 'demasiado'.Demasiado deseosa.Demasiado viva.Demasiado sincera.Pero dentro de mí,siempre ha habido hambre.No de comida,ni de cosas,sino de tacto, de miradas que queman,de momentos que rompen el tiempo en dos.Un hambre de ser vista,tocada,deseada sin vergüenza.Viví mi vida dividida entre lo que debía y lo que sentía.Entre los votos pronunciados en el altar y el cuerpo que exigía más de lo que recibía.No porque no me amaran.Sino porque ese amor no supo hablar el idioma de mi piel.Esta no es una historia de héroes ni heroínas.No es una justificación,ni un drama emotivo.Es,simplemente,una confesión.Una mujer.Una doble vida.Una sed.Una búsqueda.La verdad contada en un susurro,en la cama,en el espejo,en cartas que nunca se enviaron.Tal vez te encuentres a ti misma.Tal vez te rebeles.O tal vez cierres el libro y te preguntes si tienes el coraje de decir la verdad.La digo ahora.Sin máscara.Sin piedad.Esta es mi confesión.Y la escribo no porque tenga que hacerlo,sino porque no queda nada más por hacer.Contenido: