Alfonso Toribio
LUNA LLENA DE JULIO Un día te separaste, pero no te llevaste vida continuadora, y sin embargo, cuando creces o menguas, parece como si las olas del incandescente mar que abandonaste, habitaran en la luz prestada de un Julio César victorioso e inerte a la vez. ¡Oh luna!, engendradora de misterios, ya sé que no hay peces en tu estatua de diosa ,ni flechas cupidas que puedas reivindicar, pues solo eres una visionaria de los tiempos del hombre, y no obstante, lates en la esbeltez, como un dorado pez prodigioso que no posees en tu mar de siglas confusas. Ebrio del misterio que arrojas desde tu mapa de ceniza, yo te elevo en esta noche de julio a los altares sagrados de la conciencia del hombre, a la visión cercana y ardiente de aquella despedida, mientras te siento fluir en el frío espumoso de playa de una loca herida que buscara su cordura mancillada.