Mario Martín Azabal
La Segunda Guerra Mundial trajo consigo una de las peores tragedias para la humanidad. Se estima que perdieron la vida entre cincuenta y sesenta millones de personas, a las que habría que sumar heridos, desplazados y desaparecidos. Entre ellos, aproximadamente once millones de judíos, gitanos y otros grupos étnicos sociales e ideológicos fueron víctimas del holocausto.Y aquí es donde encontramos a Antoine, un chaval judío que, con tan solo catorce años, sufrirá este infierno. Él y su familia, compuesta por sus padres y su hermana pequeña, quienes vivían en una pequeña finca a la que dedicaban todo su tiempo, se encontraban haciendo sus labores cuando la guerra les golpeó.Así, nuestro protagonista nos contará en primera persona y con la inocencia de un crío sus andaduras por una Francia en plena guerra. Poco a poco se dará cuenta de lo que conlleva su condición de judío, aunque desde muy pronto verá la crueldad de la guerra.Sin embargo, hay algo que mueve a Antoine durante toda la historia, algo que hará que no se rinda nunca. A pesar de cada golpe que le da la vida, él siempre tiene un hueco para soñar con volver a la vida normal. Para él siempre queda una esperanza.