Vlado Timorov
Laura era mi rival.En los debates, en los pasillos, en cada maldito voto.Lo que empezó como una guerra de ideas se convirtió en algo más oscuro, más intenso... más inevitable.Entre discursos, roces furtivos y silencios que decían demasiado, descubrimos que hay batallas que no se libran con palabras y que el verdadero peligro no es perder, sino no saber a quién estás ganando.