José Cubero Luna
La rutinaria vida del capitán Calero, veterano militar de infantería del ejército nacional, que había servido en multitud de destinos y que no hacía mucho había recalado en la capital, se vio truncada por la decisión de sus superiores de constituir un pelotón de fusilamiento para ejecutar a un preso condenado a muerte. La mala fortuna quiso que el sorteo lo designara a él para comandar ese pelotón. Desde ese preciso momento y hasta el mismo instante de verse a sí mismo con el brazo alzado sosteniendo el sable para dar a los soldados la orden de ¡fuego! (y acto seguido ¡rematar al reo con un tiro de gracia!) comenzó un vía crucis personal para el capitán, una crisis aguda de conciencia que lo convirtió en un alma en pena. ¿Cómo podría él llevar ese peso sobre sus espaldas, ser el responsable moral de una muerte, ahora que ni siquiera estábamos en guerra? ¿Podría mirar a su hijo a la cara cuando éste ya no fuera un niño y comprendiera las cosas en toda su crudeza? ¿De qué forma podía escapar de esa situación? ¿Y cómo iba él a desobedecer una orden de los mandos, negarse a cumplirla? Sería degradado en el acto y procesado de manera fulminante, incurriendo en un deshonor que arruinaría su carrera, un baldón que terminaría afectando también a su familia, a su mujer y a sus hijos, que quedarían desamparados y señalados.La brillante prosa de un maestro de la escritura como lo es José Cubero se pone en esta ocasión al servicio de la compleja tarea de dirimir la encrucijada moral y psicológica de un militar atormentado, en una intensa historia de ficción, si bien algunos de los materiales narrativos han sido rescatados, en parte y como el propio autor ha reconocido, de vagos recuerdos y sensaciones inconexas del niño que un día fue.