Ger Allende
Con 'Jeremías y otras masculinidades que me sobran' Ger Allende confirma que es el 'enfant terrible' de los talleres literarios. Cava más y más, como quien emprende un viaje del que nunca pretende volver. Un hombre que escarba al inframundo, tan cínico que tiene la seguridad de que, si le apremia el hambre, algún Rappi descenderá a entregarle su pedido.Según la filosofía del autor, las segundas historias que importan no son teoría literaria. Los mejores maestros no son Chéjov, Carver o Alice Munro, que ambos veneramos, sino los alcohólicos que se reúnen para compartir sus fondos. Mientras leía estos cuentos, recordé lo que escuché que les decían en AA a los chavitos que no tenían historias dolorosas: “Lárgate a beber para que regreses con un fondo de verdad.” La literatura de Ger Allende advierte: antes de venir a un taller literario debes vivir y equivocarte lo suficiente para darte en la madre. Solo así escribirás algo valioso.Cuando uno de sus Jeremías dice: “El sufrimiento real no da para escribir, solo se supera o te mata”, me hizo cuestionarme todo lo que creí. Sirvan estas palabras como advertencia: leer estos cuentos te hará descender, la caída se prolongará mucho después de leerlos, y el estruendo será doloroso. Y el dolor, en la vida y la literatura, es hermoso. 10