J.A.M.Lagrene
La visión de Bitcoin como la moneda del mundo se basa en su capacidad para superar las limitaciones de las monedas fiduciarias tradicionales, ofreciendo un medio de intercambio global que no está sujeto a la influencia de ningún gobierno o entidad central. Esto podría conducir a un sistema financiero más equitativo, transparente y accesible para todos, eliminando las barreras que actualmente impiden la participación plena en la economía global. Además, Bitcoin ofrece una libertad financiera sin precedentes al permitir a los individuos tener control total sobre sus propios fondos y transacciones. Al eliminar la necesidad de confiar en intermediarios financieros centralizados, Bitcoin empodera a las personas para gestionar sus propios recursos de manera segura y privada, sin temor a la censura o la confiscación.