Como estatuas rotas

Esta obra, transgresora de lo políticamente correcto, está compuesta por 35 poemas escritos en un estilo intimista y cercano, en los que el autor saca a la superficie los aspectos más escondidos del alma humana –vacío existencial, recuerdos de infancia, amores olvidados, las musas que nos inspiran, los terrores, las prisiones que constituyen el cuerpo y el tiempo, nuestra fragilidad física y emocional, nuestra irrelevancia, nuestra solemne necedad- y la condición que arrastramos de convertirnos antes o después, en estatuas rotas. Todo ello es puesto a la vista, componiendo un conjunto de realidades en las que cada lector se reconoce y a las que puede dar su propia interpretación.La obra, estructurada en 3 capítulos: “Cielos”, “Infiernos” y “De nuevo la vida”, que pueden ser interpretados a título de presentación, nudo y desenlace, nos descubre también una cáustica crítica a nuestra hipócrita, opulenta e histérica cultura occidental, constituyendo a la vez un elogio del silencio, de la belleza del planeta, del maravilloso misterio de la existencia y de lo insondable del alma humana, poniendo de manifiesto la omnipresencia de una realidad paralela, alternativa, al alcance de todos y de la que la tribu sociedad, con sus grotescas y estridentes formas y maneras, trata obstinadamente de alejarnos. 10