Javier Santos
Si eres un pez pequeño en un mar inmenso solo puedes dejarte arrastrar por la corriente, esquivando a los depredadores o bienserles útil y unirte a ellos. En el siglo XVI, si eras un hijo de nadie, un muerto de hambre, la única esperanza de comer una vez al día pasaba por robar sin ser atrapado, entrar al servicio de un gran señor y confiar en su suerte, embarcarte en un gran velero, mercante o real, o unirte al recién fundado Tercio y rezar por sobrevivir. Esta es la historia de uno de esos desharrapados acosado, además, tanto por el Santo Oficio como por la temible sociedad secreta de la Garduña; de un pez diminuto en lucha continua por sobrevivir en un océano agitado por las intrigas de los nobles, encrespado por las conspiraciones entre reyes, embravecido por el choque de dos imperios: el español y el otomano, enemigos tanto en lo humano como en lo divino. Es la historia plena de aventuras y pecados de un pícaro, de un héroe, de un villano; de un superviviente contumaz.