Luis Ángel Gómez López
Fernando Cáceres abandona por un momento su silla de ruedas para golpear de nuevo un balón y emocionarnos a todos. Dennis Bergkamp nos priva de sus grandes noches euro-peas con el Arsenal aferrado a su miedo a volar. Jesús Castro se lanza al mar para salvar la vida de dos niños y ofrecernos su última parada. Sebastian Deisler decide dejarlo por-que algo en su cabeza le dice que ya basta. Paul Gascoigne nos regala el genio y el com-plicado camino del exceso. Abdon Porte entrega la vida por sus colores. Gerd Müller va llevando al olvido toda su montaña de goles. La historia del fútbol esconde historias ma-ravillosas, ejemplos de superación, tragedias, pasiones, miedos, decepciones, frustracio-nes y adicciones que merecen ser contadas. Cuando pensamos que los actores de este es-pectáculo, viven en su propia burbuja y permanecen alejados de estas sensaciones, nos equivocamos. Sienten y padecen como cualquiera de nosotros y conviven con situaciones que pertenecen a la propia vida. Es entonces cuando nos regalan estas historias nacidas desde lo más primitivo del ser humano. Historias con alma. Nacidas desde dentro del co-razón. Por algo siempre se ha afirmado que este es el más pasional de entre todos los de-portes.